La lámpara Gravia consta de un contrapeso que se desliza a lo largo del cuerpo de la misma. Para usarla, el usuario da vuelta el artefacto, enviando el contrapeso al extremo superior. Al volverla a la posición normal, esta pieza, gracias a la fuerza de la gravedad, comienza a deslizarse hacia abajo, generando electricidad con su desplazamiento.
Gravia resultó ganadora de un premio en el concurso de diseño de gadgets ecológicos que se llevó a cabo recientemente en Nueva York.
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